Claudinna Rukone: “No quiero más compañeras trans muertas por el abandono del Estado”

Claudinna Rukone Leguizamón es activista trans, referente de Mujeres Trans Argentina y fundadora de LOTO (Libertad y Orgullo Trans Organizadas). Acompañó el juicio virtual por el transfemicidio de Alejandra La Pawer Benítez y estas son sus reflexiones luego de una sentencia que dejó libre al único imputado por el crimen.

Durante ocho días de intensos debates desde la plataforma zoom, viví por primera vez lo que es un juicio oral y público en la provincia de Tucumán. Una y otra vez reviví lo sucedido el 5 de noviembre del 2020 a través de los recuerdos de cada una de las personas que por allí pasaron.

En cada testimonio, intentaba encontrar sin éxito la verdad de lo sucedido, sin embargo lo más real que pude presenciar fue el dolor de una madre que vivió una y otra vez el brutal asesinato de su hija.

Se dijeron muchas cosas, se dieron a entender tantas otras y el desenlace nos congeló la sangre a todes. A horas de la culminación del juicio cada vez que revivo la sentencia siento el mismo escalofrío y pienso: ¿tenían que matar a otra compañera trans para que la justicia advierta la ineficiencia de quienes realizan peritajes en esta provincia ? ¿Tenía una madre que perder una hija para que la Justicia pida que el cupo laboral trans se implemente? ¿Tenían que arrebatarle la vida a quien fue amiga y hermana de tantas trabajadoras sexuales, que hoy temen salir a la calle por miedo a que la impunidad de los más poderosos también les arranque la vida, para que la Justicia pida sensibilización y capacitación sobre identidad y perspectiva de género en la policía?

Mis sentimientos jamás podrán compararse con los de las familias de Ayelén, Cynthia, Lourdes, Gala, Vanesa y ahora la Pawer. ¿Un banco rojo va a cambiar la vida de quienes aun esperan Justicia? ¿Tomarán conciencia los responsables que desde el 2012, cuando se sancionó la Ley de Identidad de Género, jamás generaron políticas públicas en favor del colectivo travesti trans?. Y, sobre todo, me pregunto, si los responsable políticos no hubieran descartado nuestros ruegos por un cupo laboral trans en el 2017 todas estas muertes violentas se hubieran podido evitar.

Hasta el momento las únicas puertas que la provincia nos dejó abiertas fueron las que dan a la calle, a la marginalidad y a brutales muertes que nos van marcando en lo más profundo de nuestras existencias con la pregunta de “¿quién será la próxima?”.

No quiero más compañeras muertas por el abandono del Estado, no quiero las migajas de ese 1% que nos lleva a competir entre nosotras para ver cual podrá salir de estas miserias en las que vivimos, no quiero más familias lamentando nuestras salidas a la calle pensando si volveremos vivas. Lo que quiero es justicia por las que ya no están, quiero ese lugar que se nos negó y merecemos, y sobre todo quiero ver a mis compañeras llegar a viejas y felices.

NI UNA TRANS MENOS

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