Alperovich y Bussi: entre una derrota y un triunfo

En tanto el senador y candidato a gobernador por “Hacemos Tucumán”, José Alperovich sacó el cuarto lugar, el concejal, también candidato a gobernador y legislador, Ricardo Bussi por Fuerza Republicana logró, con más del 92% de las mesas escrutadas, cinco concejales y ocho legisladores.

Pese a que ninguno de los candidatos a gobernación de Hacemos Tucumán y Fuerza Republicana se arrimaron siquiera a un porcentaje competente de votos, en el búnker de Ricardo Bussi y compañía hubo festejos y alegría, debido a que, con más de 100.000 votos en toda la provincia, su lista fue la más votada para legisladores/as y concejales en la Capital, lo que indica que hasta el momento el frente de Fuerza Republicana cuenta, al menos, con cinco concejales y ocho legisladores. “Estamo felices”, afirmó el hijo del militar represor Juan Domingo Bussi, juzgado por crímenes de lesa humanidad cometidos durante el último gobierno de facto argentino y que, pese a ello, fue gobernador electo en Tucumán durante los noventa.

Además de expresar bronca por denuncias y criticar el sistema electoral, Ricardo Bussi manifestó sorpresa por el arrasador triunfo de Manzur, “Tucumán está totalmente abandonada y obtuvo cerca del 50%. Es raro”. Pese a ello, y que el candidato bussista pensaba que ganaría como gobernador, el frente tiene conciencia plena de que se trata de la mejor elección provincial en los últimos 20 años. “Éste es otro tipo de triunfo”, expresó.

En cambio, en el búnker que José Alperovich montó ayer en Yerba Buena no sólo no hubo festejo ante la arrasadora diferencia que desde temprano se conoció sobre la inminente victoria de Juan Manzur, el senador se fue sin cenar. “Tal vez mañana este lunes reaparezca en las redes sociales”, vaticinó el legislador Marcelo Ditinis.

En el fondo de la casona, sobraban sillas en una carpa montada para el festejo que no fue. Solo un puñado de dirigentes y familias de los candidatos se quedaron a degustar la cena. Las parrillas seguían llenas con los chorizos que se cocinaban a fuego lento. Nadie tenía apetito. Tampoco había ánimo para festejar. El silencio del candidato fue el mismo que el de una velada sin música, con un televisor gigante que mostraba a los presentes las celebraciones en la Casa de Gobierno y con una pantalla gigante que, al actualizarla, posicionaban a Alperovich en el incómodo cuarto lugar entre los más votados.

“No suelo correr una carrera que no pueda ganar. Ojo, esto no significa que no pueda perder”, dijo Alperovich un día antes de los comicios en una charla con periodistas de medios nacionales. Su sonrisa y su temple de entonces era el de los seis meses de la campaña: sonrisas, optimismo y una línea divisoria con Manzur. “No me junto con él”, había respondido cuando se le consultó acerca del trato con el reelecto gobernador.

“El peso del aparato se hizo sentir”, justificó anoche la legisladora Silvia Rojkés. El alperovichismo reconoció que no pudo luchar contra esos tentáculos llamados ‘acoples’. Paradojas del destino político: esos acoples obtuvieron rango constitucional en tiempos en que Alperovich gobernaba la provincia. Un viejo dirigente con conocimientos en peleas electorales resumió la paliza que ayer recibió Alperovich: hubo una sobreestimación de su imagen y una subestimación del aparato oficialista. Ditinis asentía con gestos, sentado en un banco junto con Dante Loza, que asoma como legislador electo.

Total
0
Comparte
Nota Anterior

Manzur resultó reelecto y la derecha sumó votos

Nota siguiente

Las intendencias que conservan su vigente mandato

Artículos Relacionados
Total
0
Share